(Basado en las enseñanzas dadas por mi maestro Yoguiji a través de sus charlas y meditaciones Casa Aum):
1. Incluye la práctica de meditación en tu rutina diaria, es más importante la constancia del hábito que el tiempo de duración. Puedes llevar a cabo la meditación de, mínimo, 5 a 10 minutos diarios.
2. Relaciónate con personas que te inspiren a ser mejor persona día a día y suelta esas relaciones que sientes te alejan de ese camino (que te llenen de dudas, cinismos o comportamientos que no vibren en el amor).
3. Cuida tu Salud corporal, mental y espiritual; la salud es sinónimo de que puedes absorber todo lo que es beneficioso y expulsar lo tóxico.
4. Mantente en contacto con todo aquello que te ayude a salir de la ilusión cósmica, para que entres en contacto con lo real. Esto se logra haciendo tus ejercicios espirituales y mediante el contacto que alguien externo (tu gurú) hace con tu alma, la parte del proceso que se lleva a cabo internamente, para ayudar a quitarte el velo de la ignorancia.
5. Meditar en grupo es muy poderoso porque tenemos el intercambio vibratorio y magnético del grupo, así nos ayudamos unos a otros. Es más fácil permanecer en esta practica cuando lo haces en grupo, te soporta en momentos de debilidad e indiferencia.
6. Cultiva tus valores y vela por llevar una vida coherente con ellos:
· Lee sobre maestros o mira películas o documentales que te inspiren.
· Vive haciendo rituales todos los días donde agradezcas por lo que te este dando la vida; recuerda ser humilde, trata de percibir el alma de cada ser humano con el o la que tuviste o vas a tener contacto ese día. También podrías incluir el siguiente ejercicio: ponte de pie, cierra los ojos y recuerda que todos somos iguales dentro de nuestras diferencias y empieza a imaginar cómo el universo se va expandiendo desde el espacio en el que estás y vas a ir expandiéndolo; primero reconoce el cuarto donde te encuentras, luego tu área, tu ciudad, país, y así hasta que observes el planeta Tierra y sigue expandiéndolo hasta que veas el infinito universo del cual eres parte y en el cual brillas como un pequeño punto de luz.
· Ora o rezar a Dios, al Universo.
7. Ten conciencia de la Respiración. Vives por tu respiración así que ve buscando una respiración calmada y pacífica; de este modo podrás tener una mente y emociones de las mismas características.
Al inhalar, siento que mi respiración entra en mi vientre y pecho.
Al exhalar, siento que mi aliento sale de mi vientre y mi pecho.
Al inhalar, soy consciente de todo mi cuerpo.
Exhalando, le sonrío a todo mi cuerpo.
Al inhalar, soy consciente de algunos dolores o tensiones en mi cuerpo.
Al exhalar, libero todos los dolores y tensiones de mi cuerpo.
Al inhalar, me siento bien.
Al exhalar, me siento a gusto. (Thich Nhat Hahn, La paz es cada aliento)
8. Simplifica y Purifica: Despeja y ordena tu mente y tu vida. Como es adentro es afuera; mira a tu alrededor y podrás darte cuenta de cómo está el interior de tu mente, busca ordenarte, organizarte, tener una vida minimalista donde tengas espacio y tiempo para lo importante.
· Presta atención a lo que escuchas, lees, ves. La información es el alimento de tu mente.
· Busca la simpleza, así, cuando te sientes a meditar, tendrás menos preocupaciones, una mente más despejada y pura.
· Nadie ni nada te corrompe ni purifica, somos nosotros mismos los responsables de nuestra purificación.
9. Deja que tu alma te guíe, busca que tu ego suelte la falsa idea del control y se entregue. Si permites que tu mente y cuerpo se entreguen a la guía de tu alma, podrás encontrar el verdadero sentido de tu vida. Puedes rezar la oración San Francisco de Asís: “Señor, haz de mí un instrumento de tu paz”.
10. Estudia. “No es necesario leer tantos libros. Lee un versículo de la Gita o de la Biblia, medítalo y luego aplícalo en tu vida práctica” (Paramahamsa Hariharananda).
El verdadero estudio es el estudio del ser, la búsqueda del alma a través de nuestras acciones para la realización personal en Dios.
11. El Desapego y la Compasión. El sufrimiento es la insatisfacción con la que vivimos, deseando a cada minuto algo nuevo, algo distinto o algo más. Identifica tus deseos y, a través de tu práctica constante, puedes irlos soltando y podremos ser verdaderamente libres.
La práctica constante te ayudará a controlar los fenómenos relacionados con la serotonina y la dopamina. Estas hormonas que se construyen como un circuito de recompensa, una vez controladas, te permitirán desapegarte del mundo, apegarte más a la Fuente de vida, apreciándo este mismo mundo en cada instante, en cada respiración, pensamiento o acción… en todo lo que la vida nos regala. Siempre podemos apegarnos al donante y no a la donación. Este desapego debe ser compasivo, para que no te vuelvas frío o indiferente.